El internet ha sido el cambio tecnológico más relevante en los últimos años, a su alrededor, han cambiado la gran mayoría de nuestras actividades diarias, la comunicación, el manejo de la información y el espacio en el que nos desarrollamos socialmente. Todo esto se ha extendido por supuesto a nuestras transacciones bancarias y compras.
Los beneficios del internet son demasiado atractivos como para que los riesgos que representa para las industrias puedan llegar a ser algo más que un costo extra en seguridad, pero esto no quiere decir que realmente esta seguridad sea una realidad. En el caso de la industria bancaria, las exigencias del público han obligado a las instituciones financieras a prestar todo tipo de servicios en línea, la idea de tener acceso al banco y a tu dinero en cualquier parte y cualquier momento.
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Esto ha forzado un boom en criminalidad financiera cibernética, así como en seguridad para el mismo propósito. Pero ¿es esta seguridad realmente tan firme como parece? La gran mayoría de los bancos se vales de diferentes métodos de verificación de crédito, dentro de sus sistemas firmemente protegidos, pero el problema final siempre llega de manos del cliente.
El banco no puede controlar la seguridad en el computador del usuario, y todos los métodos de seguridad que se planteen tienen poco valor si la vulnerabilidad está presente desde un principio en manos de un computador mal protegido por el usuario.
Lo cierto es que los bancos no pueden hablar de las limitaciones de seguridad con el usuario, porque esto podría disminuir la confianza del usuario en el banco, pues es la seguridad que prometen lo que sostiene como base al sistema financiero, la idea de que nuestro dinero está en buenas manos.
Se implementan entonces metodologías dobles, como la verificación SMS, pero aquí entra esa nueva cara de las finanzas, el acceso en dispositivos móviles. La seguridad en estos dispositivos es compleja, en cuanto a que su novedad les otorga la ventaja de menor conocimiento y número de ataques a su seguridad; sin embargo, es esta misma característica de novedad lo que hace que sus sistemas de seguridad sean más débiles y mal desarrollados. Los usuarios no consideran sus smartphones como pequeños computadores, así que pocos tienen software de seguridad. Lo que es más, la gran mayoría de personas está dispuesta a descargar aplicaciones de cualquier procedencia sin importar que ahora toda su información personal está en el dispositivo.
Solo se puede concluir que esta seguridad es tan eficaz como el nivel de conocimiento de ella, y la cantidad de dinero que el banco esté dispuesto a implementar para mantenerla actualizada. Aún así, no se puede frenar el desarrollo, y menos ahora que se da a un nivel tan global, la amenaza estará siempre, igual que los esfuerzos para vencerla, tal vez este sea el mayor equilibrio que se puede esperar.