Evita perder el equilibrio de tu autoestima

Publicado el April 27, 2015

Equilibrio es una palabra muy grande e importante, y al final de cuentas es lo que todos buscamos en cada uno de los aspectos de nuestra vida. Alcanzarlo es una tarea sin duda ardua, pero no imposible, no se tiene porque volver un sueño o desechar sin haber intentado obtenerlo. Autoestima es un concepto aún más delicado, y en muchas ocasiones corre un terrible peligro de ser sobrevalorado o por el contrario, olvidado en lo más alejado de nuestras prioridades.

La opinión que tenemos sobre nosotros mismos, en términos profesionales, románticos, sociales, familiares y demás, es lo que entendemos por autoestima. Pero no debemos confundirla con el ego, esa criatura maligna que alimentamos a diario cuando le damos a esa autoestima alas tan poderosas, que no nos damos cuenta lo alto que hemos volado, sintiendo que somos mejor que los demás o más importantes que cualquiera. En el otro extremo tenemos una gruesa línea que trazamos, por encima de ella están todos, por debajo de ella, nosotros.

Es por ende clave que siempre se aspire a encontrar un equilibrio que mantenga todas las cosas que nos importan, en un balance que funcione, que nos haga felices y del mismo modo a los que nos rodean y nos importan. Pero como cuidarse de todo lo que afecta nuestra autoestima?

Desde pequeños nos empiezan a formar el carácter con la inculcación de muchos valores, principios y comportamientos que empezamos a adoptar. Pero si incluso desde ese momento no tenemos claro lo valiosos que somos, las consecuencias pueden ser graves. Niños inseguros son futuros adultos inseguros, que no son capaces de hacer valer su opinión, no imponiéndola, pero si dandole tanta importancia como la de los demás. Niños que constantemente escuchan como sus padres les dicen que son los mejores, los más lindos e inteligentes y les aprueban todo lo que hacen, son futuros adultos que desaprueban opiniones ajenas si no se parecen a las de ellos.

hay que tener en cuenta ciertos puntos para evitar el desequilibrio de nuestra autoestima. Empezando por lo que ocurre en casa, lo que hemos vivido y nuestra crianza o lo en familia se considera como importante. Analiza muy bien que te ha hecho daño, por ejemplo un marcado machismo hará que si eres mujer pienses que siempre estás equivocada por ser mujer y te sentirás menos. Acepta que eres mujer, hermosa como eres físicamente, con defectos por estudiar y mejorar de a apoco y con sueños y metas por cumplir. Las profesiones impuestas porque en la familia todos son médicos o abogados son peligrosas; lucha por lo que quieres, averigua si en verdad te mueve la profesión por la que te tratan de guiar o si debes buscar una que te apasione. Solo tu te debes a ti misma hacer y ser lo que amas.

Cuidado con la autoexigencia! ponerte metas muy altas te puede hacer daño. No porque no puedas alcanzarlas, sino porque debes conocer tus límites poco a poco, asumir las derrotas o el cambio de planes en la marcha. Cuando no alcanzas esas metas irreales o demasiado complejas te frustras y no ves claramente lo que si has logrado y que es muy valioso.

Uno de los mejores consejos que te podemos dar, es que analices por un momento lo que tienes. El trabajo que tienes y lo que gracias a este puedes hacer, los pasos que has dado y donde te tienen ahora. Las personas que has conocido y lo feliz que te han hecho los logros de los últimos años. Te agradará saber que cualquier cosa positiva en tu vida es en realidad muy buena, y debes ser agradecida por ello, atesorarla y conseguir motivación para los planes que quieres hacer en el futuro. Esto hará que dejes de ver solamente lo negativo en tu vida, todo lo que falta y lo que aún no has adquirido, cuando puedes ser feliz con el ahora y lo que ya ganaste.

Busca nuevas motivaciones, ponte metas cortas y posibles, no trates de vivir el futuro en el presente. Esto quiere decir que el camino para llegar a la meta que te trazaste debe hacerse de a poco, así que da pasos pequeños y encuentra como hacerlos día a día, un paso a la vez.

No te compares con los demás todo el tiempo. Tu tienes tus propios propósitos y una manera de alcanzarlos específica, así que camina a tu ritmo y deja que los demás lo hagan en el suyo. Valora cada paso que das, no le quites mérito a lo que haces y sobre todo valora el trabajo que los demás también hacen, pues recuerda que cada persona lucha al igual que tu por lograr ese anhelado equilibrio.