Todos indudablemente si no seguimos con fidelidad la serie, al menos vimos algunos capítulos de lo que fué El Conciertazo. Este programa de televisión realizado en España reunía en el teatro Torredolones a Fernando Argenta, Hijo del gran director de orquesta cántabro Ataulfo Argenta y una cantidad de niños de diferentes colegios españoles para mostrarles una sola cosa: el amor por la música clásica.
Desde que murió su padre, se dedicó enteramente a la música y su propósito estaba claro: acercar la música clásica a todas las generaciones, pues como sabemos, éste es un género que ha sido exclusivo para ciertos oídos que comprenden mejor a los grandes compositores y no ha sido fácil abrirle la puerta en la dura competencia con los géneros modernos. Pero Fernando estaba logrando lo imposible, hacer que no solo los niños sino todo el público borrara los viejos prejuicios y tabúes acerca de la música clásica, le dio un vuelco total a la mirada y percepción sobre los compositores de otros siglos e hizo agradable la experiencia de escuchar ésta música gracias a su evidente amor y devoción por ella.
Este show de la televisión en el que Argenta mezclaba el ímpetu y curiosidad infantil con la complejidad y majestuosidad de las grandes piezas musicales de Mozart o Beethoven, lograba resultados inigualables pues los niños, disfrazados por el mismo Fernando Argenta, se aproximaban al género de una manera divertida guiados por la sabiduría y pasión de semejante compositor y periodista como lo fue Argenta.
El mundo de la música despide pues a un grande de la composición, del periodismo, a un apasionado por la música clásica y la enseñanza, que aunque fue llevado por un fuerte cáncer deja un legado impresionante y con una huella eterna que por fortuna las nuevas generaciones guardan, conservan y transmiten a un futuro que se abre a la música sin prejuicios, tal como el mismo Fernando lo soñó.