Cuídate: renueva esa piel escamada!

Publicado el February 16, 2014

No sólo la edad puede ser un factor de la aparición de esa piel que se reseca de más o que presenta esas escamas que tan mal se ven, pero que además muestran que probablemente algo no está funcionando bien con varias de tus rutinas diarias.

Sabemos obviamente que si tienes una piel reseca es falta de hidratación, pero para ello antes de preocuparse existen muchas soluciones, sin embargo es casi que obligatorio aplicar las necesarias a tiempo antes de que dejemos pasar los años y el problema empeore tanto que te afecte no solo externa, sino internamente.

La escamación se genera por excesiva resequedad, pero también por exposición a los cambios climáticos fuertes, o altas y bajas temperatura soportadas drásticamente que hacen que las células muertas se acumulen, se desprendan y salgan esas escamitas en la piel que parecen no acabar nunca.

La primera opción es la más fácil: bebe mucha agua, pues esta hidratación inmediata en todo tu cuerpo ayuda a la regeneración de tus tejidos, incluyendo los de la piel y así evita la excesiva resequedad. También empieza a usar con mayor frecuencia cremas hidratantes y trata de que no sean las que son cosméticas, que tienen muchos olores pero no cumplen muy bien su función. Aplícala todos los días y un poco en las noches antes de dormir para que actúe durante la noche y te despiertes con una piel más suave y sin esa textura y sensación de estarse desprendiendo.

La alimentación es fundamental. Incluye alimentos bajos en grasas pero ricos en ácidos grasos como el omega 3 que lo encuentras en el pescado. Recuerda las frutas, sobre todo las jugosas como el melón y la sandía. Toma muchos jugos naturales en vez de gaseosas o bebidas endulzadas artificialmente, esto solo lo empeoraría. Incluye más aceite de oliva que además de ser delicioso es muy sano.

Mantén una rutina de aseo diario estricto con tu cara, por ejemplo si te haces mascarillas un par de veces a la semana, cuando la retires, usa agua fresca, ni muy caliente ni muy helada y deja que tu cara se seque al aire libre, no uses toallas ni trapos de tela muy rugosos que te hagan daño. El secado natural mejora la elasticidad y la hidratación externa de tu piel.